Desde 1986, año de introducción de este impuesto europeo en nuestro país, las entradas de cine en España siempre habían estado gravadas al tipo reducido de IVA. Fue en 2012 cuando, con motivo de la crisis económica, pasó al tipo máximo del 21%, mientras en el resto de Europa el cine se mantenía al tipo reducido.
Desde aquel momento España fue la excepción dentro de la Eurozona, lo cual nos colocó en una situación de clara desventaja respecto al resto de países que, viviendo una análoga situación de crisis económica, no dudaron en proteger su sector cultural, manteniéndolo en el tipo reducido, o incluso bajándolo.
El 29 de junio de 2017 las manifestaciones culturales en vivo volvieron a tributar al tipo reducido del 10%, y finalmente el 5 de julio de 2018 se aprobaron los PGE con la consiguiente vuelta al tipo reducido del IVA también para las entradas de cine.